Con motivo del Día del Marino, en honor a la verdad, debo reconocer que mi deseo y voluntad de ser marino va unido a mis primeros años de vida. Son años que recuerdo con gran alegría. La llegada de algunos de los marinos de regreso de las campañas de más de un año se celebraban con euforia. Se organizaban fiestas en uno de los bares de la aldea donde nací, donde se contrataban a tres músicos y corría el Vermouth y el Vino por cuenta del recién llegado.

La primera vez que me acerqué a esas fiestas tenía unos 13 años y fue cuando decidí, sin lugar a dudas, convertirme en marino para poder realizar el sueño de vivir esas aventuras y recorrer todos los países, ver a las gheisas, conocer otras culturas y ganar dinero. Eran los principios de los años sesenta y en España se pasaba estrecheces.

Mi primera experiencia como marino comienza en el año 1965, el Día de las Mercedes. Partí de mi aldea con destino a Cartagena, donde embarco el día 27 de septiembre en el petrolero Guernica de la Naviera Vizcaína. Desde ese día, fueron innumerables las anécdotas y aventuras que tuve durante los 23 años de carrera. Recuerdo en febrero de 1968, embarcado de segundo oficial en uno de los primeros viajes que se realizaban entre España y la URSS con destino a Riga. Al pasar frente a las costas del Puerto de Brest nos quedamos sin gobierno y el fuerte oleaje y mar gruesa nos abatían contra las rocas. La armada francesa intervino con gran celeridad y nos salvó de una muerte inminente. La verdad es que la actitud de las autoridades francesas fue digna de elogio y gran profesionalidad. Gracias a su rápida actuación, estos malos momentos vividos se saldaron por fortuna con tres heridos leves. Entre ellos yo, que me queme con una bengala al pedir ayuda. Como cara amable, una vez en puerto estaban celebrando los Carnavales de Brest y los días que pasamos fueron maravillosos durante la estancia en el varadero para realizar las reparaciones y continuar a destino.

Otra fecha inolvidable para mí fue el día 24 de abril de 1974, donde llegué a Lisboa en mi primer desembarque de Capitán junto a otro marino vasco. Al anochecer observamos cierta inquietud en los bares y taxistas y no sabíamos por qué. El día 25 fuimos a tomar el avión con destino a Madrid y nos enviaron al Hotel de vuelta. Ya que ese día se produjo el levantamiento contra la dictadura salazarista y como consecuencia el cese de los vuelos. Durante el viaje del hotel al aeropuerto solo observamos unos piquetes de soldados corriendo por una calle pero ningún tiro ni control, afortunadamente. Permanecimos en el hotel hasta el día 26 cuando salió el primer vuelo.

Durante mi etapa como marino nacieron mis tres hijos. Durante el nacimiento de mi primer hijo, me ocurrió otra anécdota curiosa en el desembarque en Irán. Me retuvieron el aeropuerto según decían por tener el pasaporte caducado, no así mi maleta que salió para Madrid vía Roma. Estos tres días, sí fueron mas desagradables ya que se produjeron incidentes con manifestantes quemando banderas de Reino Unido y los Estados Unidos. Al entrar y salir de la embajada española había manifestantes por todos los sitios. Gracias a dios me dieron el pasaporte el mismo día, pero sufrí tres controles en el Hotel junto a otros extranjeros por parte de la SAVAK. Al tercer día llegué a Madrid sin un duro y recuerdo que unos señores maroquís que venían de visitar La Meca me preguntaron hacia donde estaba orientada La Meca. Me dieron dinero para tomar un bocadillo después de rezar. Finalmente, recuperé la maleta y debo dar gracias al taxista que me llevó hasta mi aldea en Vizcaya donde le pagué el servicio. Durante la travesía me invitó a comer en Burgos y Miranda del Ebro. Posteriormente en enero abandonó el Sha el país y en setiembre asaltaron la embajada de Estados Unidos.

Tuve la gran fortuna de ejercer de Capitán con 26 años, por circunstanciaras especiales, si bien oficialmente con 27 años tomé oficialmente el mando del MV Revere en septiembre de 1973. Estaba en Burnside (Estados Unidos) trabajando para la compañía Ore Shipping CO. Sin lugar a dudas los momentos más dramáticos los viví durante el periodo de fondeo enfrente de la costa de Nigeria donde eran frecuentes los asaltos piratas a los buques. Robaban dinero y pertenencias a las tripulaciones, sin escrúpulos a la hora de matar y violar como sucedió con un buque de la compañía Marítima del Norte.

Durante esos días fuimos testigos de los disparos entre piratas y tripulantes de dos barcos japoneses, porque a pesar de hacer guardia y tener las luces encendidas iluminando toda la cubierta, nosotros no teníamos armas de fuego sino algún machete. Solamente sufrimos dos conatos de ataque cuando intentaron subir a través de la cadena pero fracasaron.

La mar ha sido desde siempre un dominio anárquico, lo que hace que aun hoy en día por algunas zonas se practiquen actos de piratería.

Durante todos estos años, he navegado para compañía de países tan dispares como Noruega, Colombia, Perú, Angola, Panamá, Liberia, Singapur. Y en todo tipo de barcos como car-carriers, bulk-carriers, carga general, OBOS, etc. En las tripulaciones era en muchas ocasiones el único español.

Después de esta etapa de Capitán, llegue a Las Palmas de Gran Canaria hace 28 años. Estuve trabajando en empresas también vinculadas al sector marítimo, llegando a ser Socio-armador de un barco de carga-general. Posteriormente, entré a trabajar en el Grupo Zamakona en el año 1990.

Confieso que con cierta frecuencia sigo visitando los muelles y algunos barcos que llegan por el Puerto de Las Palmas. Desde que yo llegué hasta el día de hoy el Puerto de Las Palmas ha crecido y mejorado mucho en capacidad y servicios. Cuando yo llegué la base y vida de los talleres, suministradores, etc era la flota pesquera. Hoy ya ha desaparecido por diversas razones, debiendo adaptarnos a los nuevos retos. Entre ellos, sin duda el sector offshore. Aquí es donde debe estar concentrado el mayor esfuerzo en cuanto a facilidades , especialización de profesionales, maquinaria y equipos, formación, etc. Sin lugar a dudas, el sector offshore será la base de desarrollo del Puerto de Las Palmas para los próximos 25 años.

Tenemos que conseguir que consideren al Puerto de Las Palmas, un puerto de primera categoría mundial.

La mayor de las felicidades y suertes a todos los marinos. Capitán Rafael Arístegui